Lo que he aprendido de mis padres

Estamos en una época en la que infantilizamos a nuestros padres bien sea por su origen, su modo de actuar o sus estudios previos.

No sobra decir que esta percepción aparte de ser irrespetuosa es errónea pues ya muchos hemos logrado entender que los golpes de la vida y la experiencia son mejores maestros que cualquier clase en una prestigiosa universidad.

Debo decir que escribo esto porque he fallado en muchas ocasiones al creer que sé mejor que ellos o que actuaría mejor en determinada situación. Afortunadamente, una de las enseñanzas que me ha dejado la pandemia del COVID-19 es que manejan la presión y la dificultad mucho mejor que yo y con unos ingredientes vitales: la serenidad y la empatía.

En momentos donde vemos que muchas personas sacan lo peor sí, ellos aún se ponen en los zapatos del otro incluso cuando ese otro los pone bajo presión; pensando en los demás logran negociaciones exitosas. Así, no se exasperan y buscan medidas legales o mayores sí alguien les está fallando algún acuerdo. Ellos piensan primero y buscan una solución directa sin agrandar el problema.

Muchas veces me exasperé y les exigía- si-les exigía que hicieran algo pues según mis “estudios universitarios” eso sería lo mejor y resultó que no, ellos sin necesidad de un título lograban el objetivo por el simple hecho de ser serenos y empáticos, simplemente más sabios.

Hace poco veía una serie de Netflix llamada “Ertugrul” allí en un capítulo ante la muerte de un líder tribal, los mayores tenían claro que su sucesor no podía ser su joven hermano pues a pesar de ser un hábil guerrero permitía que la ira y la soberbia lo dominarán.

Esto es algo que padecemos muchos jóvenes con nuestros padres: nos creemos modernos o más estudiados, pero resulta que simplemente son características superficiales; adicionalmente, somos emocionales y nos dejamos llevar por el momento.

Como se dice popularmente en Colombia “nos llevan una papita” puesto que han vivido muchos años más, muchas experiencias más y verdaderamente logran tener mayor control sobre las cosas, especialmente porque seguramente pasaron mayores adversidades, esas que buscaron evitar en nuestras vidas con tanto esmero.

Piensa en todo lo que podrías aprender (o ya has aprendido) con solo escuchar y bajar la guardia…

En cualquier caso, sepan más o no, sean más fuertes o más débiles les debemos mayor respeto y empatía- esa que tanto exigimos- en redes sociales y en marchas de protesta. De corazón, espero que de ser posible logremos ser mejores con ellos escuchándolos y aprendiendo más en lugar de solo reaccionar. Espero lo logremos antes de llorar nuestros errores en su ausencia.

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Published by Johanna

Colombian Muslim passionate for Humanitarian issues.

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